Las ganancias de 15 filiales foráneas equivalen a 41.5% de las de todo el sistema nacional
Roberto González Amador Enfocadas a atender a un selectivo mercado de crédito --al que no tienen acceso las pequeñas y medianas empresas--, las 15 filiales de bancos extranjeros que operan en México bajo las reglas del Tratado de Libre Comercio (TLC) lograron en un sólo año generar utilidades por mil 296 millones de pesos, una cantidad que equivale a 41.5 por ciento del total de las ganancias obtenidas en 1995 por el sistema bancario, compuesto además por 52 firmas nacionales.
A 13 meses de distancia, desde que comenzaron a instalarse en el país al amparo del TLC, la rentabilidad de las filiales de bancos extranjeros ha multiplicado a la de las instituciones mexicanas, aunque su participación en el mercado es modesta y su actividad está enfocada a sectores no tradicionales de captación.
El TLC confirió a las instituciones bancarias de Estados Unidos y Canadá que abrieran filiales en México trato de empresa nacional. Para su operación, que inició bajo esas reglas en noviembre de 1994, deben cumplir con el conjunto de normas que se exigen a los bancos mexicanos. En enero de 1995 fue modificada la legislación mexicana, lo que permitió a esos intermediarios aumentar su participación en el mercado de crédito.
De acuerdo con información de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y del Banco de México, la participación de los bancos extranjeros en los activos y el capital contable del sistema crediticio mexicano es todavía poco significativa: ascendió a 3.3 por ciento y 7.5 por ciento, respectivamente, al cierre de 1995, que son las últimas estadísticas disponibles.
Pero es en la rentabilidad y en el bajo costo que generan sus pasivos vencidos en donde han tomado la ventaja a los bancos mexicanos.
Con excepción del Citibank, cuyos créditos vencidos ascendieron a cuatro de cada 100 pesos prestados, el índice de morosidad de los bancos foráneos es prácticamente nulo. Los 15 bancos extranjeros reportaron al cierre de 1995 un monto de cartera vencida equivalente a 2.8 de cada 100 pesos colocados en créditos, relación menor al del sistema bancario en su conjunto, para el cual es de siete por cada 100.
Analistas del Grupo Financiero Bancomer explicaron que ``al no verse en la necesidad de destinar cuantiosas sumas a reservas, que hubieran castigado sus utilidades, los intermediarios bancarios extranjeros no tuvieron problemas de solvencia en 1995''.
El año pasado, como parte de las medidas para evitar mayores riesgos de solvencia en los bancos mexicanos, las autoridades aumentaron a 60 por ciento de la cartera vencida el monto de las provisiones preventivas que debía constituir una institución de crédito para poder seguir operando.
¿De dónde vienen las ganancias?
La actividad financiera de los bancos extranjeros que operan en México está dirigida básicamente a atender las necesidades de crédito de un sector no mayor a 500 grandes empresas, que son las que controlan el comercio exterior del país y las que cuentan con capacidad para acceder a la colocación de deuda en el exterior como medio de financiarse.
Están orientados, además, a realizar operaciones en el mercado de dinero, pero no operan con los mecanismos tradicionales de primer piso, como sus competidores mexicanos, por lo cual su actividad como captadores y prestadores tradicionales de recursos es prácticamente nula. (La falta de financiamiento para la planta productiva, esgrimida como una de las razones que retrasan la recuperación económica, llevó a las autoridades mexicanas a plantear a los bancos extranjeros la necesidad de que expandieran su actividad hacia la pequeña y mediana empresas, como lo sugirió el secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz, en la pasada Convención Bancaria).
De acuerdo con los especialistas del Grupo Financiero Bancomer, la debilidad financiera de las empresas en 1995 limitó el otorgamiento de crédito. Por el contrario, comentan, se destinó un monto considerable de recursos a inversiones en valores y en el mercado cambiario, giro más rentable por las condiciones de la economía y por la inestabilidad de los mercados financieros.
La información disponible hasta ahora indica que al cierre de 1995, los bancos extranjeros generaron utilidades por mil 296 millones de pesos, lo que representó 41.5 por ciento de los 3 mil 122.8 millones de pesos que, como ganancia, obtuvo el sistema bancario en ese año.
Pero aun al interior del grupo de 15 bancos extranjeros que operan en México con trato nacional, existe una fuerte concentración del mercado.
Tan sólo Citibank, JP Morgan y Santander reportaron en conjunto ganancias por mil 48 millones de pesos, monto que equivale a 81 por ciento de las utilidades obtenidas por la banca foránea y que representan que 33 de cada 100 pesos de las ganancias generadas por el sistema mexicano de crédito estuvo concentrado en esas tres instituciones.
La rentabilidad de los bancos extranjeros, explican los analistas de Bancomer, obedece a que la mayoría de esas instituciones está orientada a realizar transacciones con valores y de banca corporativa. Por ejemplo, señalan, los activos de JP Morgan están constituidos en 94 por ciento por inversiones en valores gubernamentales, valores de renta fija, reportos y futuros a recibir, todos ellos instrumentos del mercado de dinero.
Con el estallamiento de la crisis económica, apunta Bancomer, los bancos extranjeros buscaron dos grandes mercados para consolidar sus utilidades y mantener sana su cartera de créditos, lo que no sucedió con sus contrapartes mexicanas, que en 1995 cuadruplicaron su cartera vencida hasta llegar a 120 mil millones de pesos.
La primer vía buscada por las instituciones foráneas fue afianzarse en actividades de banca corporativa, como es el financiamiento a grandes empresas y al comercio exterior.
El segundo camino, más amplio, estuvo orientado a consolidar servicios especializados a un pequeño núcleo de empresas, como son: administración de valores, efectivo y tesorería; operaciones con metales, divisas, reportos, cartas de crédito y fideicomisos; servicio patrimonial; arrendamiento; factoraje; operaciones en mercado de dinero, interbancario y cambios; y futuros del peso, entre otros.