La Jornada 7 de mayo de 1996


Simpatizantes zapatistas marchan en San Cristóbal en demanda de libertad para Elorriaga y Entzin

Hermann Bellinghausen, enviado, San Cristóbal de las Casas, Chis., 6 de mayo ``Justicia!''. La palabra retumba contra los muros de la avenida Insurgentes al paso de varios miles de zapatistas confesos, muchos con el rostro cubierto. No todos. Desde la mañana empezaron a bajar de Los Altos. A las 4 y media de la madrugada se juntaron en Chenalhó; San Andrés, Zinacantán; bajaban de El Bosque Magdalenas, Pantelhó. Vinieron de Huistán y Ocosingo, Teopisca y del propio municipio de San Cristóbal.

''Qué somos?'', pregunta una voz, y responden decenas: ``Zapatistas!''.

Vienen con una intención, llevar con ellos a los presos Entzin y Elorriaga. ''Y si sí?'', grita uno. Y responden: ``Paz''.

''Y si no?''. Silencio. Voces aisladas, fuertes, replican: ``Guerra!'', y un escozor recorre a los presentes que caminan. Más que un grito es un suspiro.

Bajaron la mayoría por el camino de Chamula, lo llenaron. Mantas modestas. El nombre de Sebastián Entzin Gómez se repite en los trazos caligráficos que piden su libertad. Esta es otra palabra que retumba en las gargantas del desfile: ``Libertad''.

La primera escala fue frente a las oficinas de la Procuraduría General de la República, Delegación Regional Zona Altos. Un plantón de dos horas, antes de marchar hacia el centro de la ciudad coleta. Se pide la liberación de los presuntos zapatistas presos en Almoloya, Reclusorio Norte y Cerro Hueco. Tal es la toponimia carcelaria del caso.

Mientras se aproximan a la plaza central dejan en la ciudad la sensación de todos ellos. La impenetrabilidad tzotzil que los hace uno, hábiles en el secreto. Ya de antemano tienen la plaza y los parques tomados por sus gentes, en la quieta presencia de una espera, con frecuencia familiar. Van niños.

Vivas al FZLN, pero suenan con mayor insistencia las siglas del EZLN. ``Aquí, allá, la lucha seguirá'', y en tono de rabia al repetir aquella de ``el pueblo, unido, jamás será vencido''.

Cárcel?

No!

Libertad?

Sí! Vivas al Diálogo de Larráinzar. El gobernador en rebeldía Amado Avendaño camina cerca de la descubierta, empuñando el bastón de mando que le dieron estas comunidades el día que tomó posesión, en rebeldía, en Tuxtla Gutiérrez, en 1994.

En qué otro mitin hay oradores como aquí, con pasamontañas, mochila a la espalda y chamarra bajo el brazo, como listo para irse, o apenas llegando? Uno recuerda: ``Hace unos años, estamos con el Patrocinio, allá en su Palacio de Gobierno. Y él me dijo: 'ya sale, aquí no es tu oficina'. 'Estás pendejo, le dije'' (risas). ``Eso le dije'', asegura. ``Porque ellos dicen: 'indio pestoso, no baña'. Pero no somos indio, somos originario, somos mexicanos'', y les invita un taco a los presos que están en Tuxtla Gutiérrez, como queriendo que estuvieran aquí.

Amado Avendaño se dirige a quienes lo aclaman como su gobernador. ``Don Avendaño Figueroa''.

En el plantón previo frente a la PGR, un helicóptero sobrevoló la concentración, y aquí, un orador asegura que no los amedrentarán tan fácil. Otro dice que el gobierno tiene miedo de los presos, por eso no se atreve a soltarlos.

Vienen a pasar aquí la noche. Mañana esperan ser más. Un plantón pacífico. La otra vez que los zapatistas pernoctaron en el centro de Jovel fue a la brava, no que ahora no traen fierros, son civiles, quieren permanecer en los límites de la paz.

Pero que los dejen. El lenguaje es pesado, pendejea al ex presidente Salinas, e insiste, aún en tzotzil, en el ``gobierno cabrón''. En el templete, donde hablan hasta la noche numerosos oradores, una manta dice: ``Libertad inmediata a presos políticos. Justicia desde Chiapas al mundo''. En el estira y afloja de las cifras, las agencias internacionales calculan en 5 mil el número de marchistas plantados. Puro ``mero zapatista''. De los que el juez del primer distrito tuxtleco considera ``terroristas''. Y sí, yo vi un niño terrorista, como de año y medio, que lloraba en la espalda de su madre. Habrá un Cerro Hueco para rebeldes de su tamaño?