Seis muertos en Bachajón; la policía estatal, en aparente control
Elio Henríquez, corresponsal, Bachajón, Chis., 6 de mayo Más de 120 policías de Seguridad Pública estatal entraron hoy a este ejido y aparentemente mantienen bajo control la situación, luego de los hechos violentos ocurridos ayer con resultado según un comunicado de la Coordinación General de Comunicación Social del gobierno del estado de seis personas muertas, un herido, 23 casas y seis vehículos incendiados, tres más dañados, y parcialmente quemadas las puertas del templo, el convento y la casa de los jesuitas.
No obstante la presencia de la policía, el ambiente no deja de ser tenso y confuso. Los priístas van y vienen enardecidos por la calle central de Bachajón ubicado a unos 35 kiómetros de Ocosingo, amenazan, agreden verbalmente y corren a quienes no son o creen que no son sus partidarios.
A cuanto reportero llegó a este ejido tzeltal de 52 mil hectáreas le dijeron lo mismo: ``Váyanse a la chingada o les vamos a partir la madre, pinches periodistas perredistas; vienen hasta que ya mataron a nuestros compañeros''. A varios fotógrafos les decomisaron las películas que habían tomado.
También el obispo coadjutor de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Raúl Vera, fue detenido temprano por un grupo de priístas de los llamados Chinchulines cuyo líder, Gerónimo Gómez Guzmán, fue uno de los muertos, que lo insultaron, lo acusaron de ser perredista y amenazaron con quemarle su vehículo, según reportó el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas.
Fuentes de la Procuraduría de Justicia del estado informaron que durante los sucesos sangrientos fallecieron los priístas Gerónimo Gómez Guzmán, Carlos Gómez López, Reynaldo Gómez Guzmán y Miguel Hernández Gómez, mientras que Victorio Demeza López fue herido de bala. Del bando perredista murieron Gerónimo Hernández Demeza y Sebastián Gómez Feliciano. Por la mañana, cuando un grupo de periodistas logró llegar hasta el poblado, un fuerte olor a carne y hule quemado impregnaba el ambiente. En la entrada de Bachajón varias casas aún ardían en llamas, mientras el humo negro invadía el lugar.
Al pie de una de esas casas, sobre el piso, yacía carbonizado boca abajo el cuerpo de un hombre con las manos atadas con alambre en la espalda y un orificio en la cabeza. Según algunos testigos era el perredista Gerónimo Hernández Demeza.
Casas quemadas, tiendas saqueadas; tiradero de ropa, mercancías y abarrotes por la calle manchada con sangre. Al fondo de otra vivienda, el llanto ensordecedor de mujeres y niños, junto a los cadáveres de sus familiares, los priístas, y una demanda: ``Queremos que se haga justicia, no vamos a descansar hasta vengar su muerte''.
Ante la inseguridad imperante, muchas personas, indígenas principalmente, abandonaron el ejido, a pie o en vehículo, cargando algunas pertenencias.
A pesar de que los hechos violentos comenzaron ayer entre las 14 y las 15 horas, la policía entró a Bachajón hasta las 10:15. Más de cuatro horas estuvieron estacionados su vehículos en el crucero llamado Temó, a unos 15 kilómetros de aquí, en espera de ``instrucciones''.
Los pocos testigos que accedieron a comentar algún detalle de los hechos dijeron que la tarde de ayer un grupo indeterminado de perredistas con palos, machetes y armas de fuego llegó hasta la casa de Gerónimo Gómez Guzmán, dirigente del grupo priísta los Chinchulines o Frente Cívico Luis Donaldo Colosio.
``Le llegaron por la espalda y lo mataron a machetazos y balazos, y después le prendieron fuego a su casa; si no, se hubiera defendido, porque siempre andaba armado'', comentaron. Su viuda, Antonia Demeza Jiménez, indicó que su esposo estaba comiendo cuando fue agredido. Su ferretería, las GGG, fue destruida.
Luego dos partidarios del regidor plurinominal del ayuntamiento de Chilón, al cual pertenece Bachajón, trataron de vengar al también dirigente regional de la CROC, pero fueron muertos a balazos. Del cuarto priísta fallecido no se han dado detalles.Antes de que anocheciera la confusión era generalizada, y los priístas trataban de vengarse con todos los perredistas que se topaban. Sonaban disparos por todos lados, gritos de desesperación, y quienes pudieron se encerraron en sus viviendas. Y al grito de ``fuego a la casa de estos cabrones!'', los priístas incendiaron el templo, el convento y la casa de los jesuitas. En todos los casos las llamas fueron apagadas, y sólo consumieron parcialmente las puertas y unas bancas de la iglesia.
Hasta esta noche, el alcalde perredista Manuel Gómez Moreno y su esposa Guadalupe Martínez Villanueva seguían desaparecidos. La presidencia municipal permanece ocupada por los Chinchulines desde el 18 de abril, en demanda de la destitución del edil.
De acuerdo con diversas fuentes informativas, el conflicto ``de rencores'' data de hace varios años, pero se agudizó en las últimas semanas. La gota que derramó el vaso fue ``la agresión que sufrieron el sábado unos 300 perredistas'', interceptados en Temó por los Chinchulines, quienes ``dispararon al aire y rompieron algunos accesorios de los vehículos'' en los que aquéllos viajaban.
Los del sol azteca regresaban de Guadalupe Pashilá, donde se realizó la asamblea para elegir al presidente del comisariado ejidal, en la que ganó Miguel Gutiérrez Gómez, de tendencia perredista, lo cual molestó a los Chinchulines.
La reacción de sus contrarios no se hizo esperar y un día después, ayer domingo, comenzó lo que parece convertire en una espiral de violencia incontenible si las autoridades no intervienen.
Algunos militantes del PRD han comenzado a huir por temor a una cacería por parte de los priístas, muchos de los cuales se encuentran armados, según vecinos del lugar.Cristóbal Pérez Guillén, agente municipal, advirtió que la situación ``aún puede ser incontrolable, porque el gobierno no ha querido tomar cartas en el asunto'', mientras que Efraín Gómez Guzmán, hermano de una de las víctimas, sentenció: ``Ya empezó la cosa, a ver cómo vamos a acabar y que le toque a quien le toque''.
Se supo que en algunos municipios donde el PRD tiene una fuerte presencia, militantes de ese partido se organizaban para apoyar a sus correligionarios de Chilón.
Ya por la noche, la Coalición de Organizaciones Autónomas de Ocosingo (COAO) declaró que los hechos sangrientos de Bachajón son producto de ``una estrategia de provocación y de enfrentamientos entre campesinos, al tomar la presidencia municipal por la fuerza''.
Demandó la intervención del Congreso local y de los gobiernos estatal y federal para tratar de encontrar una solución al problema que ya cobró seis vidas. Asimismo, manifestó su apoyo ``incondicional'' al alcalde perredista.
Exigió la libertad inmediata de Javier Elorriaga Berdegué y Sebastián Entzin Gómez, y pidió a la Cocopa y la Conai mantener su esfuerzo para que el diálogo de San Andrés Larráinzar siga avanzando.