La Jornada 4 de mayo de 1996

Destacan Arreola y Monsiváis el drama del campo en la obra de Juan Rulfo

Raquel Peguero Dijo Juan José Arreola: ``Con sólo unos compases de su melodía, de frases casi secas como la tierra que le dieron a los campesinos, el cuento de Juan Rulfo Nos han dado la tierra es uno de los alegatos más claros y breves que se han hecho sobre lo que es la reforma agraria. Es terriblemente dramático porque los campesinos reciben la tierra, sí: pero para que los entierren''.

Y es que Rulfo, agregó Carlos Monsiváis, fue ``casi desde el primer momento profeta en su tierra'' y, transcurrida la reacción comprometida, ocurrió el acuerdo mayoritario: su novela y cuentos ``son signos de los tiempos nuevos''.


Daniel Leyva, Carlos Monsiváis, José Luis Martínez
y Juan José Arreola durante el homenaje a Juan Rulfo
en el Palacio de Bellas Artes.
Foto: Duilio Rodríguez

En la inauguración del Homenaje Nacional a Juan Rulfo, realizado anoche en el teatro del Palacio de Bellas Artes llenísimo, en su mayoría por gente muy joven estos dos escritores, junto con José Luis Martínez, disertaron acerca del quehacer literario del autor de El llano en llamas. De Rulfo se ha escrito mucho, lo mismo grandes textos que escritos menores, aseguró Martínez, pero aún no lo ``hemos agotado en su totalidad y seguiremos descubriendo su intrincada relojería, pues es uno de los clásicos más entrañables y queridos''.

Después de que fuera cancelado un timbre postal conmemorativo de la efeméride por el nacimiento de Rulfo, la palabra del escritor jalisciense tomó forma en una lectura grabada que hiciera el poeta Jaime Sabines de un texto publicado en Los cuadernos de Rulfo, donde se mostró ``la cocina literaria'' de este autor. Luego finalizó con la propia voz de Rulfo tomada de la serie Voz Viva de México leyendo su cuento Luvina, mientras en una pantalla se proyectaban fotografías realizadas por este escritor fallecido hace diez años.

Ya en la mesa, Arreola, ``más disperso que de costumbre debido a una enfermedad'', aunque con su genialidad de costumbre, habló de los dos tipos de escritores que existen: los posibles y los imposibles. ``Hay más de los primeros porque hay más escritores que lectores, pero Rulfo pertenece a los segundos. Un gran poeta, un gran escritor, es dialectal porque es capaz de crear dentro del idioma y Juan participa de ello. Lo da con un fraseo, un balbuceo, un rezongo y con suma maestría recrea lo que es el habla del pueblo: Rulfo estuvo habitado por el genio del idioma e hizo hablar a la gente con un acento que nos lastima, nos hiere pero también llena de ternura. Su lenguaje, como sus personajes, son unánimes porque tienen una sola alma desolada, abierta como la imposibilidad de que la ternura brote''.

Martínez hizo un recuento de las distintas miradas sobre el trabajo de Rulfo: de la incomprensión al asombro. ``Rulfo era el alma de México que temblaba como mariposa sobre las flores'', sentenció. Luego desglosó una breve antología de lo que se ha escrito sobre el autor de Pedro Páramo: de Octavio Paz a Augusto Roa Bastos, de Carlos Fuentes a José Emilio Pacheco, de Fernando Benítez al propio Juan José Arreola. Dijo que, sin embargo, se echa de menos un estudio sobre su lenguaje, que es una de sus características más notorias. También dijo que aún se espera un álbum que contenga su trabajo fotográfico.

Monsiváis (cuyo texto se publicará mañana domingo en las páginas de Cultura de este diario) hizo algunas anotaciones sobre la literatura de Rulfo, a la que, dijo, se le identifica sin remedio con lo profundamente mexicano. Señaló su barroquismo del silencio y la recuperación que hace de los espacios del habla.

El Homenaje Nacional a Juan Rulfo, que incluye alrededor de 90 actividades, se llevará a cabo hasta el 31 de mayo en el Distrito Federal y otras ciudades del país.