La Jornada 2 de mayo de 1996

Metro: 8 quemados y 48 intoxicados

Miriam Posada, Alberto Nájar y Víctor Ballinas En lo que fue catalogado por el gobierno capitalino como el tercer accidente más grave en la historia del Metro, ocho personas resultaron ayer con quemaduras y por lo menos 48 más se intoxicaron con humo, después de que un cortocircuito incendió parcialmente un vagón del tren 09 M32/67 que corría de Pantitlán a Tacubaya, línea 9. El convoy quedó varado a mitad del túnel, entre las estaciones Centro Médico y Lázaro Cárdenas.

El incidente provocó una fuerte movilización de cuerpos de emergencia, ante el pánico que causaron dos explosiones y una humareda que invadió toda el área.

El Día Internacional del Trabajo no podía pasar sin algún incidente, como se ha hecho costumbre en los últimos días festivos. Esta vez fue un cortocircuito que causó pánico y desesperación a los usuarios del principal medio de transporte.

De acuerdo con el Sistema de Transporte Colectivo (STC), alrededor de las 14:27 horas al tren antes mencionado se le desprendió la cara de una llanta, que cayó sobre la barra guía y provocó el corto circuito. La dirección del Metro reconoció que durante el ``conato'' de incendio ocho personas resultaron con quemaduras y 15 más intoxicadas por humo, entre ellas el conductor, Hugo René Delfín Contla.

Sin embargo, la agencia 37 del Ministerio Público comenzó la averiguación previa 500/9605, en la que señala que la Cruz Roja atendió a 40 personas intoxicadas con humo y con crisis nerviosa, y trasladaron a otras 19 al hospital de Polanco.

Entre los lesionados se encuentran Socorro Reséndiz Quiroz, de 64 años de edad, Alberto Cruz Aspeitia, de 24, y Candelaria Lechuga Hernández, de 21 años, quienes permanecen hospitalizados por quemaduras. También Edgar Suárez, Irene Rodríguez, Arturo Tovar, María Hernández, María Rodríguez, Carlos Rodríguez, Clementina Ortega, Rosario Medrano, Víctor Medrano, Obdulia Torres, Agustina Torres, Patricia Saavedra, Erick Ríos y Guillermina Valdés.

El director de Operaciones del Metro, Gerardo Requiz Bustos, explicó que este es el tercer accidente ``de mayor gravedad'' ocurrido en el STC; los anteriores ocurrieron en 1975 y 1995, ambos en la línea 2. Descartó que el incidente haya sido resultado de la falta de mantenimiento, ya que una llanta tiene un promedio de vida útil de 240 mil kilómetros y la que explotó ``apenas llevaba 130 mil''.

Dijo que constantemente se supervisan las instalaciones y cada una de las 18 mil llantas que a diario circulan en la red, por lo que atribuyó la falla a un probable defecto de fabricación del neumático.

Cuando las consignas se apagaban en el zócalo capitalino, quienes viajaban en el Metro hacia Tacubaya escucharon una explosión acompañada de una fuerte luz. Enseguida vino otra explosión y el túnel de la interestación Lázaro CárdenasCentro Médico se empezó a llenar de humo. La desesperación invadió a los usuarios cuando vieron de que había fuego.

Abrieron de manera manual las puertas y sin saber si había energía en la barra guía saltaron de los vagones para tratar de llegar a una de las dos estaciones. Caminaron sobre los durmientes hasta ponerse a salvo; el pánico provocó algunas caídas, empujones y golpes.

Algunos se quejaron de que que ``no hubo'' quien les indicara lo que debían hacer, mientras que otros señalaron que personal del Metro les dijo por donde caminar y los condujo hasta la salida, en donde fueron atendidos por miembros de la Cruz Roja.