Lobby mexicano en Washington, plantea un estudio oficial
David Aponte Guanajuato y Jalisco --con 112 municipios-- son los estados que mayor número de migrantes aportan a Estados Unidos, indica un estudio elaborado por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
Adicionalmente, la dependencia subraya la necesidad de que el gobierno mexicano mantenga una estrecha relación con los connacionales que viajan o residen en territorio estadunidense. Incluso, propone el establecimiento de un ``lobby mexicano'' en Washington para tratar de influir en las decisiones y leyes que afecten a los migrantes.
El documento desglosa los objetivos del Programa para las Comunidades Mexicanas en el Extranjero (PCME) para los próximos cinco años. En la parte política, indica que ``estrechar los vínculos con nuestra comunidad en Estados Unidos y promover su organización tiene una incidencia directa en nuestras relaciones con ese país, y constituye para nosotros un factor de equilibrio vital en el contexto de una integración comercial y financiera entre ambos países.
``Durante los próximos 10 años la cuestión de los mexicanos en Estados Unidos será el tema predominante en la agenda bilateral, así como en la agenda de política interna de Washington'', menciona.
El proyecto estima que el flujo migratorio y la vecindad geográfica tienen características únicas que abren oportunidades extraordinarias para nuestra nación. Tanto la iniciativa para hacer irrenunciable la nacionalidad mexicana como el eventual objetivo de crear un ``lobby mexicano'' en Estados Unidos, se inscriben en ese contexto.
Sin embargo, opina que con una reforma constitucional o sin ella, en el ámbito de la nacionalidad, la SRE necesita fortalecer los siguientes objetivos estratégicos:
Atender a las comunidades en un contexto de mayor austeridad económica, ya que éstas demandan una mayor atención y solidaridad del gobierno mexicano en un clima de hostigamiento en contra de los migrantes legales e indocumentados; procesar la información de los dirigentes comunitarios y conectarlos con la cancillería, los consulados y los institutos culturales de mexicanos en Estados Unidos, y elevar la capacidad de respuesta frente al clima antiinmigrante.
Una de las metas sería acercar a los inmigrantes de la primera generación con los de origen mexicano nacidos en Estados Unidos, para que tengan un mayor poder político y económico de los líderes mexicano-estadunidenses de la segunda y tercera generación, prosigue.
Agrega que es indispensable alentar los mecanismos de organización y autodefensa de los inmigrantes, especialmente los que tienen lugar en torno a las comunidades de origen, como los espacios naturales de organización de los trabajadores migratorios mexicanos de la primera generación.
De la iniciativa para la no pérdida de la nacionalidad mexicana, explica que ``el atractivo principal no radica en razones económicas o políticas, como la posibilidad de poseer propiedades en las zonas restringidas o la posibilidad de votar en Estados Unidos. Obviamente ambas razones son importantes, pero la acción unilateral del gobierno de México no debe entenderse en ese contexto. Quizás más importante, tanto para nuestros connacionales como para la cancillería, es explicar la doble nacionalidad como un paso coherente a seguir por parte de México en su tarea por reforzar el sentido de pertenencia de sus hijos ausentes''.
La acción del gobierno de México debe encontrar su guía en criterios de pluralidad y tolerancia. El anhelo de los migrantes mexicanos por mantener sus vínculos con el país de origen, su cultura, sus tradiciones, no está reñido con el compromiso cívico con el país que los acoge, añade.
En el PCME de la SRE define también los programas de organización comunitaria, deportivos, educativos, informativos, de salud, de difusión, cultural, de recaudación de fondos y de negocios. El proyecto de difusión considera la producción de cápsulas de radio y televisión con mensajes a la comunidad de origen mexicano.
Asimismo, el documento contiene una relación de los principales estados y municipios expulsores de mano de obra hacia Estados Unidos y las ciudades de destino en el vecino país. Por orden de importancia y cantidad aparecen: Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Zacatecas, Distrito Federal, Durango, San Luis Potosí, Guerrero, Puebla, Chihuahua, Oaxaca, Sinaloa, Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León, Nayarit, Veracruz, Sonora, Querétaro, Aguascalientes, Baja California, Hidalgo, estado de México, Colima, Morelos y Yucatán.
Los destinos principales de la migración mexicana son: Alburquerque, Austin, Atlanta, Brownsville, Calexico, Chicago, Dallas, Del Río, Detroit, Eagle Pass, El Paso, Filadelfia, Houston, Laredo, Los Angeles, McAllen, Nogales, Nueva York, Oxnard, Sacramento, San Francisco, San José, Seattle y Tucson, precisa.
Al mismo tiempo, desglosa las regiones de las entidades expulsoras de trabajadores migratorios y los destinos de cada una de ellas. De esa forma, señala que Guanajuato tiene 40 municipios y poblaciones que envían mano de obra a territorio estadunidense. En ese orden, Jalisco tiene 72; Michoacán 60; Zacatecas 39, y el Distrito Federal seis delegaciones políticas: Alvaro Obregón, Benito Juárez, Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Magdalena Contreras y Venustiano Carranza.
En total, el país tiene 585 municipios y poblaciones expulsoras de trabajadores migratorios. De acuerdo con estimaciones de la SRE, hay cerca de 20 millones de personas de origen mexicano que viven en Estados Unidos.
El documento menciona que existen más de 320 organizaciones, entre federaciones y clubes, de migrantes mexicanos en territorio estadunidense, e incluye un directorio de los líderes comunitarios, clasificado por la entidad mexicana y el lugar de destino en Estados Unidos.
En las consideraciones finales, la SRE opina que el programa no debe percibirse como un esfuerzo utilitario que busca únicamente aprovechar la presencia de los mexicanos en Estados Unidos como simples instrumentos de política exterior. De otra forma se corre el riesgo de provocar efectos contraproducentes.
``A nadie escapa la importancia de cultivar la relación política con los mexicanos y mexicano-estadunidenses que tienen un poder creciente en los ámbitos económico, político y social en Estados Unidos. Pero para lograrlo, tenemos primero que mostrar un interés genuino en la problemática que les afecta a ellos, no a nosotros, y probar que somos de utilidad en las áreas de su interés. Lo demás viene después. Lo importante es seguir una estrategia consistente y de largo plazo, en la que la responsabilidad principal de la cancillería sea incorporarlos al proyecto de nación que conformaremos juntos, los de aquí y los de allá'', concluye.