Comunidades de la ARIC-oficial acusan de ``hostigamiento e intolerancia'' a zapatistas y ONG
Rosa Rojas, enviada, Ejido Santa Lucía, Ocosingo, Chis., 21 de abril Unos 400 delegados de siete uniones de ejidos de la región de Las Cañadas o ``zona de conflicto'' se manifestaron en este poblado durante la ``Asamblea de la ARIC por la reconciliación, bienestar social y desarrollo'' acusando de ``hostigamiento e intolerancia'' a miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), así como a ``individuos, en su mayoría extranjeros, pertenecientes a Organismos No Gubernamentales supuestamente defensores de los derechos humanos''.
En la asamblea se afirmó que cerca de 400 familias que salieron de la región a raíz de la sublevación zapatista se ven impedidas de regresar a sus comunidades porque ``el EZLN pretende imponerles condiciones humillantes''. La movilización fue convocada por la Asociación Rural de Interés Colectivo (ARIC) Unión de Uniones Ejidales y Sociedades Campesinas de Producción Ruralla ARIC oficial que de acuerdo con su presidente, Antonio Méndez Hernández, aglutina a 38 mil indígenas de la ``zona de conflicto'', en donde ``comparten territorio'' con el EZLN.
Mitin en contra del Ejército Zapatista
en la cañada de
Avellanal, ejido Santa Lucía, convocado por la
ARIC
oficial. Foto: Francisco Olvera
Luego de culminar dos días de trabajos, Ausencio Lorenzo Santos, secretario de la ARIC, leyó una carta que habrá, dijo, de ser entregada mañana a la delegación oficial en la mesa de San Andrés donde dialogan representantes gubernamentales con el EZLN en la que protestan porque el día 19 más de 200 delegados que se dirigían a dicha asamblea en dos camiones fueron interceptados por ``grupos campesinos que dicen ser miembros del EZLN'' a la altura del poblado de Patihuitz, en donde les impidieron el paso.
La misiva, que va dirigida también a la delegación del EZLN, a la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) y a la Conai, afirma que con estas acciones ``se manifiesta intolerancia y falta de respeto a las diferencias políticas y formas de pensar, y (las mismas) contradicen el espíritu mismo de la mesa de Democracia y Justicia instalada en los diálogos de paz de San Andrés Larráinzar. Exigimos por lo tanto congruencia entre el discurso y los actos, entre la palabra y los hechos. Consideramos también que el proceso de construcción de una paz con justicia y dignidad que demanda el EZLN debe caminar paralelo con un proceso de reconciliación y convivencia, sobre bases de respeto, tolerancia a las diferencias ideológicas, políticas y religiosas; lo uno no es posible sin lo otro''.
Manifiesta su deseo de que en los diálogos de paz ``lleguen a buenos acuerdos y sobre todo que estos acuerdos se cumplan para bien de todos; caso contrario, de nada habrá servido todo el sufrimiento que ha causado este conflicto''.
Firman las autoridades de la ARIC y de las uniones de ejidos Quiptic TaLecubtesel, región de Patihuitz; Relámpago de Agosto, región Peña; Río Perlas, región Taniperlas; Sachel Yachilatel, región Ocosingo, y Yachubtesel Capeltic, región Delina.
La movilización inició después de que descendiera en la pista aérea de tierradel ejido la avioneta en que nos trasladamos los enviados de La Jornada. Un cuerno sonó y empezaron a bajar los hombres y mujeres que estaban en el poblado, al son de tambores y chirimías. Un centenar de niños bajó también. Un grupo portaba una docena de banderas, entre ellas algunas tricolores. Dos jóvenes portaban una especie de ataúd de papel con letras blancas pegadas en las que se leía: ``Violencia''.
En la pista se desplegaron mantas con las leyendas: Igualdad en la justicia, respeto a los derechos humanos; Retorno incondicional, respeto a los derechos agrarios de 400 familias desplazadas; Desarrollo económico y conservación ecológica y bienestar social; Asamblea de la ARIC por la reconciliación, el bienestar social y el desarrollo.
A un lado de la pista estaba estacionada una avioneta del gobierno de Chiapas según informó el piloto matrícula XC-BOX, que había trasladado desde la capital, Tuxtla Gutiérrez, ``a dos personas'', una de ellas el asesor de la ARIC, René Gómez Orantes.
Varias personas se acercaron a esta enviada y preguntaron si venían más periodistas. Se les indicó que éramos los únicos. Alguien comentó que estaban esperando ``un helicóptero con periodistas porque están invitados siete periódicos y Mario Arturo Coutiño (funcionario del gobierno estatal)''. Después de media hora, al filo del mediodía decidieron iniciar el acto ``y si llega el helicóptero que se unan a la asamblea los periodistas''. La gente, en formación, le dio dos vueltas a la pista y subimos al centro del poblado.
En la explanada la gente escuchó la lectura de varios documentos. En uno de ellos, leído por Manuel Méndez Ruiz, presidente del ejido Santa Lucía, se plantea que desde principios de 1994 se reforzaron ``los intentos que la ARIC Unión de Uniones promovía para que no se optara por una intervención militar en nuestra región; primero al reafirmar que en la región existía un gran número de comunidades y familias que no habían optado por la lucha armada; y dos, desarrollando una actividad intensa para que se perfilara la posibilidad de una salida política al conflicto''.
Se afirma también que muchas Organizaciones No Gubernamentales (ONG) ya existentes en la región y otras que se incorporaron en los cordones de seguridad para las primeras pláticas del diálogo del EZLN con el gobierno y en los puntos establecidos como zona franca, ``que promovían los derechos humanos, han evolucionado a prácticas que dividen y provocan enfrentamientos entre las comunidades, por prácticas que polarizan y radicalizan las diferentes organizaciones, que no admiten la pluralidad ideológica ni el respeto a otras organizaciones que no correspondan a su posición ideológica de apoyo al EZLN''.
Se cita como ejemplo: ``en el ejido Ibarra los desplazados son mayoría; durante 1994, en pláticas con los zapatistas, llegaron a aceptar su retorno, se trasladó un grupo amplio para ir pactando la forma de convivencia, pero una vez que se instaló a gente de las ONG la orientación cambió radicalmente: o se sumaban plenamente al EZLN, o tendrían que salir y perder sus derechos agrarios, resultando que hasta el momento permanecen como desplazados''.
Las ONG, a las cuales no se identifica, concentran su principal influencia, se agrega, en seis comunidades de la región Patihuitz, en seis de la región Avellanal y en cuatro de la región Taniperla.
Se informa que en Semana Santa un zapatista del ejido Las Tazas de la región de Avellanal, que andaba tomando aguardiente, tomó después insecticida y murió; ``ante esto, los zapatistas y agentes de ONG residentes en la región decidieron ir al ejido La Trinidad, (eran) un grupo de personas armadas con el pretexto de confiscar el licor, entrando casa por casa e insultando y maltratando a la comunidad, destruyendo pertenencias de la población, lo que incita a la violencia y al enfrentamiento que hemos sabido contener''.
Mariano Toledo Velázquez, coordinador de maestros comunitarios, leyó otro documento en el que se rechaza que se calumnie a la ARIC acusándola de ``contrainsurgentes, oficialistas y gobiernistas'' por sus posturas de rechazo a la guerra y por una solución política al conflicto, por el respeto de los derechos humanos y por una nueva relación entre el gobierno y las organizaciones campesinas.
José Lorenzo Cruz, presidente de la Unión de Ejidos Junax Bejtic, leyó un escrito en el que se recuerda que el 20 de enero de 1994 fue asesinado, por la espalda, Luciano Jiménez Amador, del ejido Amador Hernández, cuando se dirigía a una asamblea de la ARIC, al no obedecer el alto de un retén del EZLN que intentó evitarle el paso. ``Su cuerpo no fue entregado a sus familiares y se mantuvo oculto su cadáver a lo largo de varios meses''.
Se exige también el retorno incondicional y sin condiciones humillantes del EZLN, de más de 400 familias desplazadas, ya que se les exige ``renunciar al derecho sobre nuestro solar, nuestra parcela y el derecho a nombrar a las autoridades del ejido como son el comisariado ejidal, consejo de vigilancia. Tenemos que aceptar a ser miembros del EZLN, y estar bajo sus órdenes''.
Antonio Méndez, dirigente de la ARIC, leyó una carta al presidente Ernesto Zedillo, al secretario de Gobernación, Emilio Chuayfet, y al gobernador chiapaneco, Julio César Ruiz Ferro, en la cual la organización demanda, además del citado retorno, un programa de empleo productivo en apoyo de actividades productivas; un programa emergente para la atención a la salud, la educación, el abasto, los caminos, la vivienda y la electrificación; establecimiento en algunas comunidades estratégicamente ubicadas, ``de módulos de procuración de justicia para la atención de casos y quejas, y una verdadera defensa de los derechos humanos''.