José Ureña
Clase política

Pleito Fidel Velázquez-Guillermo Ortiz.

El viernes 12 de marzo por la mañana, rumbo al proyecto final sobre las Afores, el viejo dirigente cetemista se cansó de la cerrazón del secretario de Hacienda y Crédito Público y lo corrió de sus oficinas... o de su casa, según la versión que se atienda.

El escenario resulta detalle inferior si lo que se intenta es describir el deterioro que ha alcanzado la relación de Guillermo Ortiz Martínez con algunos sectores.

Sus problemas comenzaron desde marzo de 1995, cuando acudió en privado a las oficinas de la senadora María de los Angeles Moreno para pedir el apoyo priísta para aumentar el impuesto al valor agregado (IVA).

Las necesidades del país recomendaban duplicar la tasa de 10 por ciento, sondeó ante la cúpula del partido. ``Nadie aprobaría un alza a 20 por ciento'', protestó entonces el campechano de adopción Carlos Sales Gutiérrez.

El funcionario zedillista, llegado al gabinete por recomendación de los ricos del país, pulsó porcentajes menores. Lo menos que aceptó fue 15 por ciento y el PRI, obediente, deterioró más los menguados ingresos de la gente.

``No votaremos'', amagó Fidel;``La retiramos'', contestó Ortiz

La historia comenzó temprano el viernes antepasado. Acostumbrado a desayunar casi de madrugada, el jefe cetemista convocó para las ocho de la mañana a cuatro de sus principales colaboradores. Su equipo de confianza, diríase.

Puntuales estuvieron unos dicen que en la casa de don Fidel, otros que en su despacho de Vallarta 8, en la Confederación de Trabajadores de México (CTM)todos ellos: los senadores Manuel Cadena y Juan S. Millán, el diputado José Ramírez Gamero y Leonardo Rodríguez.

Los cinco emitieron algunas recomendaciones para el proyecto de ley maquinado, con sugerencias de Estados Unidos y de organismos financieros externos, en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. El jerarca obrero estaba molesto.

Antes de las nueve de la mañana hicieron su arribo los representantes del gobierno: el propio Ortiz Martínez, el secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Bonilla, y uno de los tres informantes consultados dice que al final llegó el director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Genaro Borrego Estrada.

Pasó el desayuno y vino la sobremesa, la sesión del trabajo. Impositivo como es, el secretario de Hacienda se mantuvo inflexible. Defendió la propuesta del gobierno y pidió respaldo y comprensión para el proyecto zedillista.

Don Fidel no tuvo aliados sólidos. Por lo tanto, decidió asumir la discusión y con lucidez sorprendente habló del proyecto histórico de la nación, de la lucha obrera, de la justicia mil veces postergada por la Revolución.

Se manifestó contra la participación del capital extranjero en las Administradoras de Fondos de Retiro, por la adopción de candados para garantizar el ahorro de los trabajadores frente a las inestabilidades de la economía nacional, por garantizar el respeto a los derechos contractuales.

Guillermo Ortiz Martínez seguía en su postura, seguía insensible. Tensó su tono de voz. Velázquez Sánchez y su grupo matutino escucharon largo. Hasta que el secretario general de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) disparó su arma final:Nosotros nos retiramos. Si no hay cambios, los legisladores obreros no votarán, se abstendrán.

No, don Fidel protestó el secretario de Hacienda, eso equivaldría a condenar la iniciativa. Si no hay unidad de los priístas tendría poca legitimidad la ley. Si ustedes persisten en su actitud, entonces el gobierno retirará su iniciativa.

Don Fidel, actor de las decisiones importantes durante medio siglo, tomó más aire al ver la actitud de Ortiz y amagó con poner punto final a esa discusión, que para entonces se aproximaba a las dos horas:Entonces no tenemos más de qué hablar. En realidad nunca les hemos hecho falta. Ustedes tienen su proyecto, sigan adelante.

Se puso de pie y extendió su saludo de despedida, que no encontró la mano del secretario:Que le vaya muy bien, señor secretario.

Al final un ``usted disculpe'' y``no tratamos así a los amigos''

Guillermo Ortiz acaso vio que el comportamiento del sector obrero era definitivo, el rompimiento con una política económica que no encuentra respaldo ni en los capitalistas que busca servir ni en los obreros que dan el voto electoral.

Trató de serenarse y pidió continuar el diálogo. Siguieron minutos de sobresaltos, de frases cortesanas, de lo lamentable que sería perder la oportunidad de dar al país el soporte del ahorro interno productivo.

Más que entendimiento definitivo, el gobierno y la CTM se dedicaron a programar sesiones de trabajo éstas ya en instalaciones hacendarias para mayores ajustes al articulado.

Hacia el mediodía, sudoroso y preocupado, Guillermo Ortiz Martínez buscó disculparse con su anfitrión. Le describió las tribulaciones de meses, la creciente resistencia del empresariado nacional y las dificultades para sacar una iniciativa que según su punto de vista es en beneficio de los trabajadores.

Don Fidel entró también en las frases protocolarias:Discúlpenos también usted, señor secretario. Nos acaloramos y por momentos estuve hasta grosero. No acostumbramos ser así, y menos con los amigos.

Terció otro cetemista, probablemente Juan Millán:No es que estemos contra la iniciativa, como usted nos ha interpretado. Lo que sucede es que algunas cosas no están muy claras y en el futuro no puede atenderse el buen espíritu que usted muestra. Por muy buen secretario que sea usted, no siempre va a estar en la Secretaría de Hacienda y puede llegar otro con diferente criterio...

Las sesiones de trabajo siguieron viernes, sábado, domingo y lunes. Se modificaron 92 artículos de los 117 que contenía la iniciativa. Es decir, sólo 25 quedaron vivos, originales, al gusto de Ortiz.

El mercado que empiezan aperder Banamex y Bancomer

Contra lo deseado por el proyecto de Hacienda, Bancomer y Banamex son los bancos que de inicio perdieron la pelea. El primero controla 36.91 de las cuentas del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) y el segundo 27.66.

He aquí el desglose de cifras:De acuerdo con la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, el Seguro Social tenía a marzo 10 millones 917 mil 574 asegurados y 34.3 millones de derechohabientes. Se da por cierto que todos cotizan en el SAR.

Las cifras de apertura y captación de recursos para el sistema sumaban, al 3 de abril, 56 mil 668 millones de pesos. Al frente aparecen Bancomer y Banamex, con 20 mil 915 y 15 mil 674 millones, respectivamente.

Es decir, dos de las 25 inistituciones bancarias absorben 64.57 por ciento de los recursos totales, casi dos tercios, y serán los únicos perjudicados si ponen sus propias administradoras y realmente se limita el manejo a 17 por ciento de los ahorros.

Muy atrás, sin riesgo de tener problemas, aparecen Serfin con 11.12 por ciento de los recursos, Inverlat con 4.83 y Bital con 2.32. Al final de la lista está el Banco de Oriente con 0.09 por ciento y el del Bajío no figura.

A futuro la pelea por el mercado será difícil. Según Consar, para el año 2000 el número de asegurados activos no habrá aumentado. Dónde está, entonces, la tan prometida recuperación?Porque según esas proyecciones, al trminar el sexenio habrá 10 millones 314 mil 99 trabajadores, que aumentarán a 12.8 para el 2010, a 15.9 a la década siguiente y para 2040 deberá haber 24 millones 442 mil ahorrantes.

Sócrates nació de una farsa y Oñate orquestó su licencia

A principios de 1991, año de renovación en Nuevo León, Carlos Salinas encontró muchos opositores a Sócrates Rizzo García y decidió disfrazar su voluntad bajo el novedoso esquema de la consulta directa a la base militantes del PRI.

Ese enero vieron la luz los documentos básicos del partido, surgidos pero no aprobados por la 14 Asamblea Nacional, y Luis Donaldo Colosio anunció que habría precandidaturas, registros, campañas y votación directa de los priístas.

El partido designó a sus posibles candidatos: Romeo Flores Caballero, Graciano Bortoni, Napoleón Gómez Urrutia, Napoleón Cantú Serna, Ricardo Canavati Tafich y el elegido por el propio Salinas, Sócrates Rizzo.

Apenas los presentaron a la prensa, Canavati Tafich declaró que tal vez no contendería. Los reporteros, llevados desde la ciudad de México para avalar la farsa salinista, se sorprendieron. Canavati justificó:Esto debe ser muy claro.

Tomó uno de sus tres aviones y se fue a la casa que Colosio tenía en la colnia Héroes de Padierna:Es en serio esto, Luis Donaldo?La verdad, no.

Canavati no volvió a aparecer. Simplemente no registró su candidatura y dejó libre el espacio para el salinista cuestionado por sus orígenes de izquierdista recalcitrante y las versiones que lo retratan quemando una bandera nacional.

Su gobierno nunca fue bueno. En los comicios de 1994 perdió las elecciones intermedias y Santiago Oñate rechazó una y mil invitaciones para visitar Nuevo León. Su razón: Cómo avalar una administración corrupta y desprestigiada?A fines de marzo, sin duda con la bendición superior, Oñate comenzó una serie de telefonemas casi cotidianos con Sócrates. Rizzo decía que no lo dejaban gobernar. ``Pues renuncia'', se cansó el dirigente priísta al cabo de tres semanas.

Entre el viernes 12 y el sábado 13 de abril consiguió el sí de Sócrates. Prometió hacerlo de inmediato. Pero no cumplió. En teoría iba a presentar su solicitud de licencia el lunes 15. El miércoles, en Guadalajara, Oñate recibió la noticia.

Del sucesor se encargó la Secretaría de Gobernación. Por qué se usó al partido? Porque el PRI fundamentó el desgobierno de Sócrates y el seguro ascenso del Partido Acción Nacional en 1997, con Jesús Hinojosa a la cabeza.

Lo extraño es que se actúe sólo con un gobernador. Porque malos gobiernos se ven por todos lados y quejas al partido llegan de muchos estados. Algunos de los señalados: Patricio Chirinos, Diódoro Carrasco, Otto Granados, Jorge Salomón, Manuel Cavazos, Manuel Bartlett, Rogelio Montemayor, Jorge Carrillo Olea...

La cosecha

Los barzonistas intensificarán esta semana su oposición a la iniciativa de decreto que reforma, adiciona y deroga diversos ordenamientos relativos a juicios civiles y mercantiles, denominada por ellos ley Zedillo contra deudores. Han sumado apoyos distintos, como el del cardenal Juan Sandoval Iñiguez, que pide a bancos perdonar deudas. Avanzan así en la resolución de su quinto consejo nacional, cuyo punto 9 precisa: ``Se buscará formalizar una entrevista al más alto nivel con la Iglesia católica (monseñor Norberto Rivera) con objeto de concitar el apoyo moral y espiritual hacia los deudores y sus familias''... El oficial mayor de la SEP, Jaime Hugo Talancón, entregará esta semana el subsidio de la Universidad Autónoma de Guerrero. Por ley deberá recibirlo el gobernador Angel Heladio Aguirre Rivero. A quién se lo entregará? Hay dos grupos, uno de Hugo Vázquez y otro de Armando Chavarría, que se pelean la rectoría. En total la UAG recibe 60 millones para nómina, 90 por ciento de procedencia federal... Por cierto que el gobierno de Aguirre está por alcanzar un nuevo éxito: la detención de los asesinos reales del empresario Melchor Perusquía Viesca. Lo sorprendente es que no fueron los secuestradores, sino investigadores extranjeros contratados por la familia para dar con el secuestrado. Ellos cobraron el rescate y lo asesinaron, según una línea de investigación muy avanzada...