La Jornada 17 de marzo de 1996

Anticastristas ejercen un imperio de terror en Miami

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 16 de marzo En los últimos días la retórica sobre el régimen ``represivo'' de Fidel Castro, la falta de la libertad de expresión en Cuba y de la voluntad para el cambio, ha subido a niveles históricos, pero estas opiniones podrían ser igualmente aplicadas a Miami donde no hay quien se arriesgue a expresar cualquier cosa que pudiera ser interpretada como positiva a Castro.

``Si saliera a caminar por las calles de Miami con la imagen de El Che Guevara en una camiseta, no duraría dos horas'', admite una residente, quien por razones obvias pidió no ser identificada. Human Rights Watch-Americas ha catalogado los numerosos incidentes de intimidación y represión a la libertad de expresión sobre el tema Cuba en esta ciudad, pero uno sólo tiene que prender la radio para entender esto de primera mano.

Sin embargo, en años recientes una pequeña pero creciente corriente de opinión ha surgido erosionando así el consenso impuesto en esta comunidad. El veterano de Bahía de Cochinos Alfredo Durán; el representante de una agrupación de organizaciones de derechos humanos en Cuba, Ramón Cernuda, junto con el famoso ex preso político Eloy Gutiérrez Menoyo, entre otros, activamente han promovido la búsqueda de otra propuesta, que cuestiona las razones del bloqueo y favorece ``una transición democrática no violenta'' mediante un amplio diálogo.

El último año estos hombres han mantenido reuniones con asesores de alto rango de la administración Clinton, se han entrevistado con el propio presidente y parecieron haber ganando un grado de influencia, por primera vez, en el desarrollo de la política estadunidense hacia Cuba. El Comité Cubano por la Democracia, de Alfredo Durán, y otros incluso ayudaron a reunir unos 150 mil dólares para contribuir a la campaña de reelección del presidente demócrata. Pero todos estos esfuerzos se han congelado ante la reacción política por el derribo de las dos avionetas de Hermanos al Rescate el mes pasado.

``Esto redefine totalmente el problema de Cuba en un problema: Estados Unidos-Cuba, en vez de enfocarse en lo que ha estado sucediendo recientemente dentro Cuba; la apertura de la economía, etcétera'', comentó Durán en entrevista con La Jornada realizada esta semana en Miami.

``Ahora, el carril II está muerto''. Cuando los reporteros preguntan lo que se debe entender precisamente como carril II y señalan que en Cuba se percibe como parte de una iniciativa encubierta para apoyar el derrocamiento del Estado cubano, Durán acepta que es un término poco claro. ``No hay duda de que hay dos lados del carril II'', responde. ``Hay gente que indudablemente utiliza el carril II como caballo de Troya y hay otros que son muy sinceros en su deseo de buscar una fórmula para una Cuba posCastro''.

Durán, quien está en ese segundo grupo, considera que el espacio político para desarrollar el trabajo de los cubanos nacionalistas en Miami hacia la expansión de una sociedad civil en Cuba -todo sin actuar como un instrumento para los cubano-estadunidenses y otros aquí en Estados Unidos- se ha reducido drásticamente en los últimos días. Dice que su comité continuará con sus esfuerzos, pero admite que las formas para hacer ese trabajo tendrán que cambiar.

En este último año, el Comité Cubano por el Cambio, de Durán; la Coordinadora de Organizaciones de Derechos Humanos en Cuba y otros grupos habían construido una corriente dentro de la comunidad cubano-estadunidense que se oponía abiertamente al ``consenso'' proyectado por la Fundación Nacional Cubanoamericana de Jorge Mas Canosa, y a favor de la ``transición'' política en la isla y, por primera vez, lograron romper la hasta hacía poco relación monopólica del sector conservador con la Casa Blanca.

Durán, ex presidente del Partido Demócrata en Florida, convenció a dos agencias de viajes locales, entre otros, a recolectar casi 150 mil dólares para la campaña de reelección de Clinton. Cuando el presidente visitó Miami en septiembre del año pasado, no sólo se entrevisto con Mas Canosa, sino que sostuvo una reunión sin precedente con los representantes de este ``nuevo'' sector político cubano-estadunidense. ``Es poco probable que estas agencias le ofrezcan más contribuciones a Clinton ahora que les ha clausurado todo el negocio de vuelos charter a Cuba'', comentó un allegado a esas actividades.

Por ahora, estima Durán, el esfuerzo de reelección de Clinton en Florida será dirigido a la comunidad anglosajona y negra. ``El cálculo electoral (con la promulgación de la Helms-Burton) no fue dirigido para conseguir el voto cubano; yo pensaba que por lo menos Clinton obtendría un voto, el mío, pero ahora no estoy tan seguro'', comenta.

La movida, según el abogado, fue diseñada menos para atraer el voto de los cubanoamericanos que para asegurarse que los republicanos no pudieran explotar el tema en el contexto electoral. ``Clinton desinfló completamente el tema Cuba'', subraya Durán.

Ramón Cernuda comenta en Miami que en la comunidad cubano-estadunidense ya no se puede hablar de ``una línea única'' de opinión, pero ``es muy difícil hacer expresar eso'' en esta coyuntura. ``Aquellos que nos oponemos a las razones del bloqueo y de la política unilateral.... encontramos poco eco a nuestras ideas en momentos como estos''. Cernuda, como Durán, habla de su frustración por el revés que significa esta crisis, y considera que la culpa es tanto de Cuba como de Estados Unidos.

``Nosotros proponemos un proceso de no violencia, de diálogo a favor de una solución democrática'', pero esto por el momento, dice, está descarrilado.

Al igual que Durán, Cernuda considera que la respuesta de Washington mediante la promulgación de la ley Helms-Burton es ``un error'', no solamente porque viola la ley internacional y ``repite el error de Estados Unidos de imponer una política unilateral al resto del mundo'', sino que es un triunfo de la posición más agresiva y resultará en todo lo contrario de lo que promete: detendrá cualquier posibilidad de una ``democratización'' de Cuba.

Peor aun, el clima actual ha promovido medidas que profundizan la línea dura dentro de la comunidad en Miami. Esta semana se informó que el Departamento de Tesoro decidió establecer un número de teléfono especial para denunciar a violadores del bloqueo, ``para delatar a los vecinos'', dice Cernuda. ``Este es un caso en donde el gobierno estadunidense parece promover la formación de lo que serían los comités de cuadra de defensa de la Revolución que existen en Cuba; esto es espantoso''. Subraya: ``¿por qué tienen que pagar nuestros familiares las consecuencias de esta política inaceptable?''

Cernuda considera que todavía están por verse las consecuencias reales de la Helms-Burton, ya que todo se define en cómo se aplican estas leyes. ``¿Hasta qué punto esta ley formará parte de una decoracíon política?, ¿a quién se va a aplicar... sólo a los países débiles?... ¿Se va aplicar contra Canadá o Europa?'', pregunta.

Cernuda considera que ``el juego está en manos de Fidel Castro'', ya que, una vez más, Estados Unidos sólo tuvo capacidad de ``reaccionar'' ante la acción cubana. Washington necesita ``desarrollar una política más creativa, más propositiva'' ante Cuba y ``no sólo de reacción'' como ha sido en los últimos 35 años.

Según lo expresado por Durán y Cernuda, Clinton no sólo cedió su autoridad para llevar a cabo la política exterior hacia Cuba al promulgar la Helms-Burton, sino también perdió, por el momento, la opción de desarrollar una política alternativa junto con una corriente que busca, según ellos, ``la transición democrática'' sin violencia mediante el diálogo