La Jornada 17 de marzo de 1996

NOTICIA GRAVE Y PREOCUPANTE

Desde un portaaviones nuclear anclado cerca de nuestra frontera, William Perry, secretario de la Defensa de Estados Unidos, informa --en vez de las autoridades mexicanas-- que el Ejército de nuestro país, por primera vez en su historia, realizará maniobras militares conjuntas con las tropas del vecino del norte y ``reforzará la cooperación'' con ellas. A su vez, el general Barry McCaffrey, el ``especialista en invasiones'', miembro del Consejo de Seguridad estadunidense y ex jefe de sus fuerzas en Panamá, llegará a México el 26 de este mes, invitado por el presidente Zedillo, para ``revisar las políticas, incrementar la cooperación, acordar nuevas prioridades y empezar a desarrollar un nuevo plan de acción'', como continuación de las tareas del Grupo Binacional en Asuntos Militares creado a fines del año pasado.

Habría que preguntarse si la integración económica significa también la integración militar y la utilización de nuestras fuerzas armadas como parte de una superpolicía internacional bajo mando estadunidense, como ha sucedido ya con las de otros países latinoamericanos. ¿La anulación de la soberanía y la pérdida de funciones esenciales del Estado, a causa de la integración económica y de la mundialización de la economía, llevan acaso también a la concesión de bases para ``especialistas'' extranjeros que participarían en la elaboración y realización de los planes de nuestras fuerzas de defensa nacional? ¿La hipoteca del petróleo como garantía de los préstamos que tuvimos que contraer debido a la política del régimen actual exige como garantía el control personal de los guardianes profesionales de los intereses extranjeros? ¿Se está aplicando una estrategia que integraría a los ejércitos latinoamericanos como guardias blancas locales de los patrones del gran capital financiero internacional?

Habrá que escuchar qué dicen sobre este tema el general Enrique Cervantes y nuestro Congreso, que teóricamente debería decidir en estas cosas y, sobre todo, el comandante en jefe de las fuerzas armadas, el presidente de la República, puesto que aún es válida la Constitución, que en su artículo 129 del Título Séptimo sostiene: ``solamente habrá comandancias militares fijas y permanentes en los castillos, fortalezas y almacenes que dependan inmediatamente del Gobierno de la Unión o en los campamentos, cuarteles o depósitos, que, fuera de las poblaciones, estableciera para la estación de las tropas'', en referencia evidente, única y exclusiva, al territorio nacional. ¿Acaso la ``cooperación permanente'' no establece la creación de mandos conjuntos allá y aquí, en violación de ese claro texto?

Nuestra historia y nuestras tradiciones exigen una respuesta sin subterfugios a estos y a otras muchas interrogantes que surgen ante estas preocupantes noticias sin precedentes. Esperamos, por el bien nacional, un inequívoco desmentido a las afirmaciones de William Perry en su mensaje desde el portaaviones, y a sus ominosas implicaciones.